Por gran cantidad de años hemos visto animaciones ir y venir por nuestros televisores. Tal vez para los canales, esto solo representa un proceso televisivo cualquiera en donde se llega y pone un cassette por parte del operador en un horario específico. Pero ello que para las televisoras es una tarea de todos los días (o semanas), para el espectador, el que mira y en algunos casos se encariña con la franquicia, es casi como un culto, como cuando se va a misa.
El caso de hoy tiene relación con lo descrito anteriormente. Y es que el pasado 7 de abril, una serie muy especial para la gran cantidad de fans latinos de la animación japonesa que vieron en ella como una aventura de culto de la década de los noventa, acaba de cumplir veinte años de su primera emisión por TV Tokyo. Nos referimos a “Slayers” (los Justicieros).
De sorpresa en la caja de tubos
Ciertamente, el cierre de la década de los noventa trajo una gran cantidad de animaciones que lograron éxito en los bloques de las tardes después del colegio. Y es que la aparición de esta obra para mi caso, fue algo sorpresivo. Era 1998, y en medio de la fiebre que en ese entonces causaba Dragon Ball Z, aparece una nueva heroína de golpe, en medio de intensas llamaradas y sobre una montaña de ladrones incinerados por su poderosa magia. Reena Inverse, la asesina de ladrones, llega a la pantalla sin promoción alguna.
Pero esto último no significó ningún obstáculo para que esta particular heroína de una personalidad variante y muy dependiente de su ánimo del momento lograra ganarse el corazón de sus fans. Y todos ellos saben que nunca deben hacerla enfadar, ¡ni siquiera cuando se trata de comida! Pero esa particular personalidad, sus historias, sus aventuras y sus luchas contra seres satánicos la han llevado transformarse en una heroína de culto. Desde luego, fue un motivo para seguir la serie tanto en el horario de lunes a viernes como en los fines de semana.
Quizás esa personalidad fue la que hizo de Rina una de las grandes heroínas del fin de esa década. Un carácter ambicioso, dado que solo trabaja por hacer usura de las riquezas de poderosos e ineptos reyes o príncipes aproblemados en un ficticio mundo medieval. Para ella no había más y mejores recompensas que dinero, joyas o un banquete abundante. Desde luego el altruismo era algo que rara vez existía en su diccionario, pero en otros casos, cuando la ocasión lo requiriese, estaba dispuesta a prestar sus servicios por el bien de otros. Todos esos aspectos se unían para formar la personalidad de Reena, quien desde luego no estaba sola en su viaje por nuevas aventuras en ese ficticio mundo.
Los amigos (y enemigos) en el camino
Otro aspecto que es digno de destacar de la serie son las particulares amistades que Reena fue capaz de forjar en su camino. Quizás la más cercana fue Gaudy Gabriev, el espadachín, no solo por ser el primero a quien conoció y forjó su viaje con el claro interés en su espada de luz, sino por ser el más cercano a su persona. Quizás esa relación dio espacio a todas las especulaciones posibles respecto a un romance entre ambos (que desde luego Reena negará hasta el hartazgo) pero si se vieron atisbos de que existe una relación muy especial entre ambos.
Y así fueron llegando los amigos en el viaje. Zelgadis, hechicero que busca incansablemente una cura para el mal que lo tiene convertido en quimera. Amelia, una princesa obsesionada con la idea de convertirse en una heroína que lucha por la justicia. Sylphiel, una sacerdotisa de carácter tímido y Xeros, un poderoso demonio, forman parte del equipo que lleva a Reena a enfrentarse con los más poderosos demonios y hechiceros oscuros. Desde luego, todos estos tienen una cuota de humor, nada menor dentro de la historia. Algunas como Martina Navratilova, buscan solo agotar la escasa paciencia de la protagonista, principalmente cuando busca vengar la caída de su reino. Otros como Fibrizzo, nos entrega grandes sorpresas al final de una historia.
También los malos pasan revista dentro de la serie: Rezo, El Monje Rojo, se convierte en la primera amenaza del grupo. Y es que la ambición de alguien cuyo fin es el de recuperar la vista, justificando todos los medios posibles, incluso los malignos, es algo que Reena no perdona. Tampoco a demonios de poderoso liderazgo como Mario Garve u otros con una triste historia detrás como la de Vargaard, un dragón caído, que solo busca la destrucción del mundo como forma de justificar su decepción y tristeza contra los seres que le han abandonado. Y es que sin dudas esta definición de los personajes es lo que hace de Slayers una serie altamente atractiva. Tanto las situaciones como los estados de ánimo de los personajes son en lo absoluto cambiantes. De un momento alegre se puede pasar a otro lleno de tristeza, de una situación cómica - que de paso, ¡vaya que abundan!- se puede pasar a otro de guerra y viceversa. Nada puede ser serio en Slayers, dado las altas cuotas de buen humor que nos entrega, algo de lo cual, es quizás el gran característico de la serie en cuestión.
Otro aspecto bien logrado de esta serie fue su doblaje, quizás uno de los mejores realizados por la industria venezolana. Jhiady Barbosa supo llevar bien el carácter de la protagonista, hasta hacerlo propio. Otros papeles como los hechos por Juan Carlos Vásquez (Gaudy) y principalmente el de Carmen Olarte (Amelia) lograron llevar bien sus personalidades dentro de la historia.
Huellas en la arena
Todos los detalles mencionados han logrado hacer de Slayers una serie diferenciadora de otras de su género. Y si bien hemos visto series en donde la historia se desarrolla en mundos paralelos y fantásticos (Gulliver Boy, Las Guerreras Mágicas u Orphen) esta logra destacar por todo lo antes mencionado y con el valor agregado de un doblaje excepcional. Sumemos a ello el gran trabajo deJC Staff en la animación, trabajos encabezados por Takashi Watanabe y que abarcaron las tres temporadas que alcanzaron a doblarse en nuestro continente (Slayers, Slayers Next y Slayers Try), más las otras versiones relacionadas con la serie y que no alcanzaron a llegar al continente como lo fueron Slayers Revolution y Slayers Evolution-R. Sumando los Ovas y otros relacionados, Slayers es todavía un universo que explorar tanto en tema de animación como en manga, el cual en estos momentos se encuentra detenido.
Ese humor que logró conquistar a todo el continente es sinónimo de la gran huella que dejó la serie durante su paso por nuestras pantallas hogareñas: El mirar la vida con optimismo y alegría más allá del problema en que te encuentres. Hoy en día y con el peso de la cotidianeidad se pierden varios aspectos reflexivos del día. El hábito diario nos tiene convertidos en seres mecánicos y a veces nos olvidamos de algunas libertades que tenemos en el diario vivir, ese que nos enseña a darnos tiempo para disfrutar paisajes nuevos y buscar nuevas experiencias. Quizás la gran lección de Reena dentro de la serie fue esa. Que más que ser un mero freelance, hay que ser un aventurero, cosa que es posible encontrar en otro sin fin de historias dentro del anime como Fairy Tail u One Piece.
En fin: “Salud Reena”, más allá de la edad que tengas, continúa tu aventura con tus inseparables amigos a tu lado.
Nos vemos en otra ocasión.